MATRIMONIO, FAMILIA Y SUN MYUNG MOON
por JOSEPH H. FICHTER S. J.
(Este ensayo fue publicado en AMERICA, 27 de octubre, 1979, pag. 226-228. Traducido con el permiso del autor, el reverendo padre Jesuita, sociólogo en la LOYOLA UNIVERSITY, New Orleans.)
Muchos han criticado a la Iglesia de Unificación por su teología, sus formas de conversión y las reglas estrictas en la vida de sus miembros, sin embargo sus enseñanzas sobre el matrimonio merecen reconsiderarse.
Por alguna extraña coincidencia la mayoría de los “Moonies” jóvenes con los que he hablado habían sido Católicos romanos. Me los encontré aquí y allá, pero principalmente en las conferencias anuales patrocinadas por la Fundación Cultural Internacional, y siempre les he preguntado de donde vienen y por qué se unieron a la Iglesia de Unificación. Los jóvenes que me expresaron sus creencias religiosas no pretenden representar la mayoría de sus miembros, pero fueron escogidos para recibir y atender a los participantes a la conferencia. Son despiertos, claros, entusiastas y, sobre todo, tienen un fuerte sentido de vocación.
Muchos han criticado a la Iglesia de Unificación por su teología, sus formas de conversión y las reglas estrictas en la vida de sus miembros, sin embargo sus enseñanzas sobre el matrimonio merecen reconsiderarse.
Por alguna extraña coincidencia la mayoría de los “Moonies” jóvenes con los que he hablado habían sido Católicos romanos. Me los encontré aquí y allá, pero principalmente en las conferencias anuales patrocinadas por la Fundación Cultural Internacional, y siempre les he preguntado de donde vienen y por qué se unieron a la Iglesia de Unificación. Los jóvenes que me expresaron sus creencias religiosas no pretenden representar la mayoría de sus miembros, pero fueron escogidos para recibir y atender a los participantes a la conferencia. Son despiertos, claros, entusiastas y, sobre todo, tienen un fuerte sentido de vocación.
Los comentarios que presento aquí están limitados al aspecto central de su llamado espiritual: su vocación para su matrimonio y familia santificada. Para una profunda comprensión de su dedicación religiosa he buscado la "escritura revelada", EL PRINCIPIO DIVINO. En la rápido creciente literatura sobre el movimiento, estudié la comparación de Young Oon Kim TEOLOGIA DE LA UNIFICACION Y EL PENSAMIENTO CRISTIANO, el libro favorable de Frederick Sontag SUN MYUNG MOON Y LA IGLESIA DE UNIFICACION y las serias advertencias de Irving Louis Horowitz en CIENCIA, PECADO Y ERUDICION.
Existe también una "mala propaganda" sobre la influencia del Rev. Sun Myung Moon en los jóvenes americanos, que comenzó incluso antes de la tragedia de Jonestown encendiendo una histeria sobre las sectas religiosas. La crítica principal gira sobre el "lavado de cerebro" en el proceso de conversión, basado en la suposición de que la gente se une voluntariamente a otras iglesias pero debe ser embaucado y forzado al hacerse miembro de la Iglesia de Unificación. Barbara Hargrove dice que los padres y ministros tienden a sospechar "medios siniestros" en el trabajo con la gente joven que se ha tenido éxito (cuando ellos han fracasado) en infundir piedad filial y fervor religioso.
El proceso para llegar a ser un miembro completamente dedicado de la Iglesia de Unificación es de alguna manera similar a lo que un católico experimenta al entrar al noviciado de una orden religiosa. La vida allí es regulada, disciplinada y orientada hacia una meta. Tú abandonas tus aspiraciones y bienes mundanos dedicándote a los ideales de la organización. No droga, no alcohol, no sexo, no dinero, pocas decisiones y pocas preocupaciones. Te pones a ti mismo bajo dirección espiritual y desarrollas una lealtad a la congregación religiosa, sus programas, su filosofía, sus líderes.
En ambos casos los individuos sienten un llamado a una profunda espiritualidad, una estrecha unión con Dios y una más significativa vida de oración de la habían experimentado previamente. También desarrollan un entusiasmo por las enseñanzas de la Iglesia que les anima a compartir las buenas noticias de salvación con los demás. Católicos que se han convertido a la Iglesia de Unificación sienten que su nueva religión tiene una preocupación universal, un programa para abrazar la masa completa de la humanidad, mientas que piensan que el Catolicismo tiende a enfocar su espiritualidad en la predominante relación personal con Dios. Uno de ellos, que le gusta le jerga ecuménica, dice que la iglesia Católica es un "ligado-cultural" y no hace mucho progreso con no-Europeos y no-occidentales.
Desde el punto de vista de una posible vocación de por vida, la gran diferencia es que la orden religiosa Católica te guía a una carrera de celibato permanente. La santidad personal radica en esa dirección. En contraste, el miembro totalmente dedicado de la comunidad unificacionista ha sido preparado para el matrimonio y la familia. El individuo es espiritualmente incompleto hasta que se junta a su esposo(a) en un santo matrimonio, y está participando en una familia bendecida. Personas solteras que se han convertido a la Iglesia –la mayoría en sus veinticinco- pronto aprenden la importancia teológica y espiritual de la vida familiar, para la cual están destinados. Con muy raras excepciones no hay mucho futuro para un soltero en la Iglesia de Unificación.
Jóvenes que se "unen a la familia" entran a residir en un centro de la Unificación con otros miembros masculinos ó femeninos, separados estrictamente por sexos. Lo que Frederick Sontag llama un "monasticismo compartido". Ellos desarrollan unas relaciones familiares por encima de diferencias de sexo como hermanos y hermanas y no como potenciales esposo o esposa. Existe una afinidad espiritual, una muy estrecha camaradería y apoyo de grupo dentro de la residencia. Egoísmo es una falta personal seria. Amor cristiano es la palabra clave, y esta relación colectiva puede ser armoniosa solo si está centrada en Dios.
Uno de los más enardecidos ataques contra la comunidad de la Unificación es que el hacerse miembro disturba la vida familiar. El nuevo converso deja su hogar y familia, hermanos y hermanas, para dedicarse enteramente a su lado religioso. Los padres algunas veces acusan de que a sus hijos les han "lavado el cerebro". Acusaciones similares se han hecho a órdenes religiosas Católicas que atrajo a una hija aun convento ó un hijo a un seminario. La llamada de Dios debe de ser obedecida incluso si los padres están en oposición. Algunos padres Católicos han prohibido a sus hijos adolescentes –asistir a reuniones carismáticas de oración por miedo de que sea alejados muy frecuentemente del círculo familiar. El hecho es que la gran mayoría de los “Moonies” continúa manteniendo una relación cordial con sus padres y familia.
Las oportunidades de matrimonio para un “Moonie” están limitadas en una dirección y expandidas en otra. Aun miembro no se le permite casarse fuera de la familia, es decir, la esposa o esposo deber ser un miembro del movimiento. Es la misma regla estricta que rige los matrimonios de los oficiales del Ejército de Salvación y la selección de cónyuge de los Israelitas Judíos. Era la misma regla en contra los matrimonios mixtos en la Iglesia Católica que gradualmente ha perdido su efectividad. Cualquier miembro que quiera casarse fuera de la comunidad de la Unificación es obvio que ha comprendido mal el significado central de compartir valores religiosos y una fidelidad de por vida.
Por otro lado, existen unas amplias oportunidades de matrimonio en la aprobación Unificacionista de matrimonios "mixtos" entre diferentes grupos étnicos y raciales. El modelo convencional norteamericano de casarse con alguien de tu nacionalidad, y especialmente de tu propia raza, es desaconsejado ampliamente en este movimiento. En una reciente ceremonia de compromiso, aproximadamente un tercio de las parejas eran interraciales. La numerosa cantidad de miembros orientales, especialmente de japoneses y coreanos, hace posible a los caucasianos una expectativa de cónyuges que ordinariamente ellos no tendrían. Compartir las mismas convicciones y prácticas religiosas provee un valor que transciende las preferencias raciales.
La Iglesia de Unificación no permite matrimonio entre sus miembros antes de los veinte años y esto evita lo que parece ser uno de los principales obstáculos para la estabilidad matrimonial. Los miembros deben esperar hasta los veinticinco años para casarse, y la preferencia es que se retrasen incluso más. Las etapas de formación y crecimiento preceden a la etapa de perfección. Esta muy claro que los “Moonies” no se apresuran al matrimonio, no hay necesidad de precipitarse. Los miembros femeninos no deben estar ansiosas y nerviosas si no están comprometida antes de los 30. Su llamado religioso es el matrimonio, y el Sr. Moon encontrará un esposo para ellas y les preservara de vivir sus vidas como solteronas.
El matrimonio es un sacramento sagrado y serio para el que se requiere una larga preparación, y uno de los aspectos notables es la voluntariedad de los miembros de que el Sr. Moon escoja para ellos sus conyugues de por vida. El concepto de matrimonios "arreglados" es extraño para los jóvenes americanos aunque ha sido un modelo aceptado para la mayoría de la humanidad durante la mayor parte de la historia. Este no es un arreglo obligatorio. A los miembros se les recomienda expresar sus preferencias, pero tiene una profunda confianza en el Sr. Moon como la voz de Dios para ellos. Un joven recientemente comprometido comentaba; “Tratas de tener confianza en tu vida de oración de que Dios conoce lo que es mejor para ti, que El trabajara a través del Rev. Moon para sugerir la pareja adecuada para ti.”
Preocupaciones con las citas, los azares del coqueteo y la excitación del amor romántico son eludidos en la costumbre de los matrimonios arreglados. La atracción de uno hacia otro es motivada espiritualmente y espiritualmente sostenida. Están poniendo la voluntad de Dios, expresada a ellos por su líder religioso, antes que la suya propia. Como en cada otra cosa que hacen, el motivo primario en prepararse para el matrimonio es el de seguir la voluntad de Dios. “Ambos de nosotros amamos mas a Dios de lo que nos amamos uno a otro; y esta es la manera que tiene que ser, y es el único camino en el que podemos esperar de tener una familia centrada en Dios.”
La forma contemporánea y secular de comprometerse es un acuerdo muy privado en el que padres, parientes y amigos no deben interferir. Puede haber una fiesta de celebración, e incluso algunos regalos de compromiso después de que se haya hecho el anuncio. La costumbre de un compromiso solemne y religioso ante amigos y con la presencia de un sacerdote estaba en voga entre los católicos por un tiempo cuando el movimiento litúrgico fue joven. La ceremonia de compromiso para miembros de la Iglesia de Unificación es un evento público y sagrado, y es celebrado por numerosas parejas simultáneamente. Cuando la pareja comparte una copa de vino en esta ocasión ellos están estableciendo un linaje espiritual.
El compromiso que es bendecido por Dios y aprobado por la iglesia no es primordialmente de la carne. No permite libertades de naturaleza sexual; relaciones prematrimoniales están completamente prohibidas. La noción de vivir juntos antes del matrimonio es aborrecida como una conducta lasciva y pecaminosa. Incluso después del matrimonio la pareja puede abstenerse del sexo por algún periodo de tiempo. Pueden ser enviados en misiones separadas a diferentes partes del mundo antes de asentarse para la consumación de su matrimonio.
El propósito primario del matrimonio es el de dar alegría, gloria y honor a Dios, y el propósito primario de la unión sexual es la procreación de hijos. El mandato bíblico de crecer y multiplicarse es tomando seriamente por los miembros de la iglesia. La perfección espiritual no puede ser lograda en un celibato solitario y centrado en uno mismo. Se realiza a través de experimentar las tres etapas de amor en una familia centrada en Dios: el amor reciproco de marido y esposa, el amor de los padres por sus hijos y el amor de los hijos por sus padres. La familia es el fundamento para la comprensión del amor de Dios. Llegar a ser padres verdaderos y poblar la tierra con individuos espiritualmente perfectos es ayudar a crear el reino de Dios y traer la salvación a este mundo de pecado.
La teología de la Unificación provee de lo racional para el énfasis en la vida familiar. Dios creo a Adán y Eva con ambos potenciales para una perfección física y espiritual. El propósito de la creación es dar alegría a Dios, escribe el teólogo Herbert Richardson. La alegría grande para nuestros padres originales estaba supuesta a ser la experiencia del amor de Dios y el logro de la perfección espiritual. El establecimiento de una familia santa significaría que el amor de Dios seria compartido como la segunda gran alegría. Entonces, finalmente, el compartir el amor de Dios con todo el universo cumple el plan de Dios para Su reino en la tierra.
De acuerdo a la teología del PRINCIPIO DIVINO, la escritura revelada de la Iglesia de Unificación, Dios intento que Adán y Eva se casaran y tuviesen hijos perfectos que poblarían Su reino espiritual y físico. Esta intención fue frustrada cuando Eva fue seducida sexualmente por el arcángel Lucifer, cometiendo el pecado original de adulterio y causando la caída espiritual de la humanidad. Su impureza fue pasada en una prematura e ilícita unión sexual con Adán, causando la caída física del hombre. Mas tarde Dios, Dios envió a Jesús para redimir a la humanidad del pecado. El cumplió su misión espiritual, pero el fue matado antes de que pudiera casarse y ser padre de una nueva raza de hijos perfectos. Nuestros primeros padres mal usaron el amor de Dios; Jesús fue prevenido de completar su misión redentora para la que Su Padre Celestial le había enviado.
El tiempo ha llegado ahora para los miembros de la Iglesia de Unificación de establecer familias perfectas de amor, justicia y unidad, las cuales unificaran todas las razas, todas las naciones y todas las religiones. El plan divino del amor y la familia esta trazado en el fundamento de cuatro posiciones, que parece ser la formula relacional y teológica. Las cuatro posiciones son: Dios, marido, esposa e hijo. La perfecta y pura relación con Dios ayuda a establecer la perfecta relación entre el marido y la esposa y luego entre padres e hijos. El reino de Dios físico y espiritual, la salvación que Dios había intentado enviando al Mesías, será lograda por la red siempre creciente de esta clase de familias centradas en Dios.
Teólogos tradicionales cristianos encuentran estas enseñazas llenas de herejías, pero para un sociólogo pragmático es aceptar que los Moonies han llegado a un programa familiar que funciona. Mientras que consejeros matrimoniales y curas de parroquia se llevan las manos a la cabeza sobre las rupturas en la vida familiar, la Iglesia de Unificación esta haciendo algo acerca de esto. La familia centrada en Dios no es meramente un bonito lema o un ideal espiritual sugerido por los líderes de la iglesia. Es la esencia fundamental de la comunidad entre los fieles de la iglesia. Es también un profundo sistema motivador para restaurar la fidelidad matrimonial y la estabilidad familiar de la sociedad moderna.
Uno no necesita ser un experto en teología moral para reconocer la notable desviación que ha estado ocurriendo en los valores matrimoniales y familiares de la sociedad americana. Muchos secularistas ven este cambio como una expresión de la libertad personal, una oportunidad para la autorrealización. La gente espiritualmente sensitiva lo ve como un declive en la moralidad personal como también una falta de respeto para los valores y necesidades de la estructuración significante del sistema familiar que ha sido siempre integral a la civilización occidental.
Algunas familias están en problemas a causa de factores sociales que reclaman una atención colectiva: inflación, pobreza y discriminación en vivienda y empleo. Estas causas sociales puede estar combinadas con causas personales para influir los desviados valores en el matrimonio y la familia, la evidencia esta sacada de las confiables estadísticas sobre el comportamiento y actitudes humanas: sexo prematrimonial, enfermedades venéreas, embarazos de adolescentes, pornografía, infidelidad, divorcio. Estos son los síntomas de las tensiones y tirantezes que afectan la vida del hogar de muchos americanos.
Los valores religiosos de la tradición judeocristiana generalmente han estado apoyando la fidelidad matrimonial y la estabilidad familiar. Líderes de iglesias, pastores y sacerdotes expresan a menudo la preocupación de que estos valores están siendo destruidos. Sin embargo en algunos casos las iglesias han relajado sus valores y doctrinas para acomodarlas a las formas de comportamiento y preferencias de sus adherentes. Se han hecho concesiones morales en asuntos de divorcios, control de natalidad e incluso abortos. La religión organizada en las principales iglesias ha estado relativamente sin éxito en resistir la curva descendente.
Cualquier cosa que uno pueda decir como critica a la iglesia de Unificación como movimiento social y religioso, uno tiene que reconocer su programa sistemático para la restauración del viejo estilo de moralidad, su énfasis en la castidad antes del matrimonio, oraciones en preparación antes del matrimonio una disposición de aceptar orientación en la selección de la pareja, amor matrimonial como reflejo del amor de Dios, la transmisión de la perfección espiritual a los hijos. Ha habido muchos comentarios y criticas de los aspectos teológicos, políticos y económicos de la iglesia de Unificación, pero muy poco ha sido dicho acerca de las implicaciones de valor positivo con respecto al matrimonio y familia.
Cuando los católicos hablan acerca de tener vocación casi siempre significa la clase de vida que requiere un celibato permanente, ya sea como sacerdocio religioso, o como una vida que requiere un celibato permanente, ya sea como sacerdocio religioso, o como entre monjes o monjas. Este era el más perfecto camino espiritual para la salvación personal y también en el ministerio hacia las otras personas. Por supuesto, había siempre lugar, para la vocación al matrimonio, pero era en el mejor de los casos un secundario y arriesgado sendero hacia Dios. Los seguidores de Moon han dado la vuelta a esto. Si tú realmente quieres hacer la voluntad de Dios; si tú quieres la más alta vocación; si quieres la vida de perfección espiritual, cásate y ten hijos.
Es una observación muy común de que la familia es la base moral de la sociedad, y que la religión constituye el vínculo moral de la solidaridad familiar. La familia que reza junta permanece junta. El nivel moral de una comunidad refleja el nivel mora de sus familias. La ideología de la Unificación enfatiza la lealtad de la familia en el mantenimiento de una cultura religiosa y en la transmisión de una tradición espiritual. Podemos muy bien concluir aquí con la observación de Harvey Cox: “He aquí un movimiento que se las arregla para combinar universalismo religioso de inminencia pentecostal, un caluroso mantenedor de la familia y un programa asegurando la construcción del reino de Dios en la tierra. Esta clase de potente mezcla no puede ser desechada a la ligera.”
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JOSEPH H. FICHTER, Rev. Padre Jesuita, sociólogo en la LOYOLA UNIVERSITY, New Orleans.
Este ensayo fue publicado en AMERICA, 27 de octubre, 1979, pp 226=228. Traducido con el permiso del autor.
Existe también una "mala propaganda" sobre la influencia del Rev. Sun Myung Moon en los jóvenes americanos, que comenzó incluso antes de la tragedia de Jonestown encendiendo una histeria sobre las sectas religiosas. La crítica principal gira sobre el "lavado de cerebro" en el proceso de conversión, basado en la suposición de que la gente se une voluntariamente a otras iglesias pero debe ser embaucado y forzado al hacerse miembro de la Iglesia de Unificación. Barbara Hargrove dice que los padres y ministros tienden a sospechar "medios siniestros" en el trabajo con la gente joven que se ha tenido éxito (cuando ellos han fracasado) en infundir piedad filial y fervor religioso.
El proceso para llegar a ser un miembro completamente dedicado de la Iglesia de Unificación es de alguna manera similar a lo que un católico experimenta al entrar al noviciado de una orden religiosa. La vida allí es regulada, disciplinada y orientada hacia una meta. Tú abandonas tus aspiraciones y bienes mundanos dedicándote a los ideales de la organización. No droga, no alcohol, no sexo, no dinero, pocas decisiones y pocas preocupaciones. Te pones a ti mismo bajo dirección espiritual y desarrollas una lealtad a la congregación religiosa, sus programas, su filosofía, sus líderes.
En ambos casos los individuos sienten un llamado a una profunda espiritualidad, una estrecha unión con Dios y una más significativa vida de oración de la habían experimentado previamente. También desarrollan un entusiasmo por las enseñanzas de la Iglesia que les anima a compartir las buenas noticias de salvación con los demás. Católicos que se han convertido a la Iglesia de Unificación sienten que su nueva religión tiene una preocupación universal, un programa para abrazar la masa completa de la humanidad, mientas que piensan que el Catolicismo tiende a enfocar su espiritualidad en la predominante relación personal con Dios. Uno de ellos, que le gusta le jerga ecuménica, dice que la iglesia Católica es un "ligado-cultural" y no hace mucho progreso con no-Europeos y no-occidentales.
Desde el punto de vista de una posible vocación de por vida, la gran diferencia es que la orden religiosa Católica te guía a una carrera de celibato permanente. La santidad personal radica en esa dirección. En contraste, el miembro totalmente dedicado de la comunidad unificacionista ha sido preparado para el matrimonio y la familia. El individuo es espiritualmente incompleto hasta que se junta a su esposo(a) en un santo matrimonio, y está participando en una familia bendecida. Personas solteras que se han convertido a la Iglesia –la mayoría en sus veinticinco- pronto aprenden la importancia teológica y espiritual de la vida familiar, para la cual están destinados. Con muy raras excepciones no hay mucho futuro para un soltero en la Iglesia de Unificación.
Jóvenes que se "unen a la familia" entran a residir en un centro de la Unificación con otros miembros masculinos ó femeninos, separados estrictamente por sexos. Lo que Frederick Sontag llama un "monasticismo compartido". Ellos desarrollan unas relaciones familiares por encima de diferencias de sexo como hermanos y hermanas y no como potenciales esposo o esposa. Existe una afinidad espiritual, una muy estrecha camaradería y apoyo de grupo dentro de la residencia. Egoísmo es una falta personal seria. Amor cristiano es la palabra clave, y esta relación colectiva puede ser armoniosa solo si está centrada en Dios.
Uno de los más enardecidos ataques contra la comunidad de la Unificación es que el hacerse miembro disturba la vida familiar. El nuevo converso deja su hogar y familia, hermanos y hermanas, para dedicarse enteramente a su lado religioso. Los padres algunas veces acusan de que a sus hijos les han "lavado el cerebro". Acusaciones similares se han hecho a órdenes religiosas Católicas que atrajo a una hija aun convento ó un hijo a un seminario. La llamada de Dios debe de ser obedecida incluso si los padres están en oposición. Algunos padres Católicos han prohibido a sus hijos adolescentes –asistir a reuniones carismáticas de oración por miedo de que sea alejados muy frecuentemente del círculo familiar. El hecho es que la gran mayoría de los “Moonies” continúa manteniendo una relación cordial con sus padres y familia.
Las oportunidades de matrimonio para un “Moonie” están limitadas en una dirección y expandidas en otra. Aun miembro no se le permite casarse fuera de la familia, es decir, la esposa o esposo deber ser un miembro del movimiento. Es la misma regla estricta que rige los matrimonios de los oficiales del Ejército de Salvación y la selección de cónyuge de los Israelitas Judíos. Era la misma regla en contra los matrimonios mixtos en la Iglesia Católica que gradualmente ha perdido su efectividad. Cualquier miembro que quiera casarse fuera de la comunidad de la Unificación es obvio que ha comprendido mal el significado central de compartir valores religiosos y una fidelidad de por vida.
Por otro lado, existen unas amplias oportunidades de matrimonio en la aprobación Unificacionista de matrimonios "mixtos" entre diferentes grupos étnicos y raciales. El modelo convencional norteamericano de casarse con alguien de tu nacionalidad, y especialmente de tu propia raza, es desaconsejado ampliamente en este movimiento. En una reciente ceremonia de compromiso, aproximadamente un tercio de las parejas eran interraciales. La numerosa cantidad de miembros orientales, especialmente de japoneses y coreanos, hace posible a los caucasianos una expectativa de cónyuges que ordinariamente ellos no tendrían. Compartir las mismas convicciones y prácticas religiosas provee un valor que transciende las preferencias raciales.
La Iglesia de Unificación no permite matrimonio entre sus miembros antes de los veinte años y esto evita lo que parece ser uno de los principales obstáculos para la estabilidad matrimonial. Los miembros deben esperar hasta los veinticinco años para casarse, y la preferencia es que se retrasen incluso más. Las etapas de formación y crecimiento preceden a la etapa de perfección. Esta muy claro que los “Moonies” no se apresuran al matrimonio, no hay necesidad de precipitarse. Los miembros femeninos no deben estar ansiosas y nerviosas si no están comprometida antes de los 30. Su llamado religioso es el matrimonio, y el Sr. Moon encontrará un esposo para ellas y les preservara de vivir sus vidas como solteronas.
El matrimonio es un sacramento sagrado y serio para el que se requiere una larga preparación, y uno de los aspectos notables es la voluntariedad de los miembros de que el Sr. Moon escoja para ellos sus conyugues de por vida. El concepto de matrimonios "arreglados" es extraño para los jóvenes americanos aunque ha sido un modelo aceptado para la mayoría de la humanidad durante la mayor parte de la historia. Este no es un arreglo obligatorio. A los miembros se les recomienda expresar sus preferencias, pero tiene una profunda confianza en el Sr. Moon como la voz de Dios para ellos. Un joven recientemente comprometido comentaba; “Tratas de tener confianza en tu vida de oración de que Dios conoce lo que es mejor para ti, que El trabajara a través del Rev. Moon para sugerir la pareja adecuada para ti.”
Preocupaciones con las citas, los azares del coqueteo y la excitación del amor romántico son eludidos en la costumbre de los matrimonios arreglados. La atracción de uno hacia otro es motivada espiritualmente y espiritualmente sostenida. Están poniendo la voluntad de Dios, expresada a ellos por su líder religioso, antes que la suya propia. Como en cada otra cosa que hacen, el motivo primario en prepararse para el matrimonio es el de seguir la voluntad de Dios. “Ambos de nosotros amamos mas a Dios de lo que nos amamos uno a otro; y esta es la manera que tiene que ser, y es el único camino en el que podemos esperar de tener una familia centrada en Dios.”
La forma contemporánea y secular de comprometerse es un acuerdo muy privado en el que padres, parientes y amigos no deben interferir. Puede haber una fiesta de celebración, e incluso algunos regalos de compromiso después de que se haya hecho el anuncio. La costumbre de un compromiso solemne y religioso ante amigos y con la presencia de un sacerdote estaba en voga entre los católicos por un tiempo cuando el movimiento litúrgico fue joven. La ceremonia de compromiso para miembros de la Iglesia de Unificación es un evento público y sagrado, y es celebrado por numerosas parejas simultáneamente. Cuando la pareja comparte una copa de vino en esta ocasión ellos están estableciendo un linaje espiritual.
El compromiso que es bendecido por Dios y aprobado por la iglesia no es primordialmente de la carne. No permite libertades de naturaleza sexual; relaciones prematrimoniales están completamente prohibidas. La noción de vivir juntos antes del matrimonio es aborrecida como una conducta lasciva y pecaminosa. Incluso después del matrimonio la pareja puede abstenerse del sexo por algún periodo de tiempo. Pueden ser enviados en misiones separadas a diferentes partes del mundo antes de asentarse para la consumación de su matrimonio.
El propósito primario del matrimonio es el de dar alegría, gloria y honor a Dios, y el propósito primario de la unión sexual es la procreación de hijos. El mandato bíblico de crecer y multiplicarse es tomando seriamente por los miembros de la iglesia. La perfección espiritual no puede ser lograda en un celibato solitario y centrado en uno mismo. Se realiza a través de experimentar las tres etapas de amor en una familia centrada en Dios: el amor reciproco de marido y esposa, el amor de los padres por sus hijos y el amor de los hijos por sus padres. La familia es el fundamento para la comprensión del amor de Dios. Llegar a ser padres verdaderos y poblar la tierra con individuos espiritualmente perfectos es ayudar a crear el reino de Dios y traer la salvación a este mundo de pecado.
La teología de la Unificación provee de lo racional para el énfasis en la vida familiar. Dios creo a Adán y Eva con ambos potenciales para una perfección física y espiritual. El propósito de la creación es dar alegría a Dios, escribe el teólogo Herbert Richardson. La alegría grande para nuestros padres originales estaba supuesta a ser la experiencia del amor de Dios y el logro de la perfección espiritual. El establecimiento de una familia santa significaría que el amor de Dios seria compartido como la segunda gran alegría. Entonces, finalmente, el compartir el amor de Dios con todo el universo cumple el plan de Dios para Su reino en la tierra.
De acuerdo a la teología del PRINCIPIO DIVINO, la escritura revelada de la Iglesia de Unificación, Dios intento que Adán y Eva se casaran y tuviesen hijos perfectos que poblarían Su reino espiritual y físico. Esta intención fue frustrada cuando Eva fue seducida sexualmente por el arcángel Lucifer, cometiendo el pecado original de adulterio y causando la caída espiritual de la humanidad. Su impureza fue pasada en una prematura e ilícita unión sexual con Adán, causando la caída física del hombre. Mas tarde Dios, Dios envió a Jesús para redimir a la humanidad del pecado. El cumplió su misión espiritual, pero el fue matado antes de que pudiera casarse y ser padre de una nueva raza de hijos perfectos. Nuestros primeros padres mal usaron el amor de Dios; Jesús fue prevenido de completar su misión redentora para la que Su Padre Celestial le había enviado.
El tiempo ha llegado ahora para los miembros de la Iglesia de Unificación de establecer familias perfectas de amor, justicia y unidad, las cuales unificaran todas las razas, todas las naciones y todas las religiones. El plan divino del amor y la familia esta trazado en el fundamento de cuatro posiciones, que parece ser la formula relacional y teológica. Las cuatro posiciones son: Dios, marido, esposa e hijo. La perfecta y pura relación con Dios ayuda a establecer la perfecta relación entre el marido y la esposa y luego entre padres e hijos. El reino de Dios físico y espiritual, la salvación que Dios había intentado enviando al Mesías, será lograda por la red siempre creciente de esta clase de familias centradas en Dios.
Teólogos tradicionales cristianos encuentran estas enseñazas llenas de herejías, pero para un sociólogo pragmático es aceptar que los Moonies han llegado a un programa familiar que funciona. Mientras que consejeros matrimoniales y curas de parroquia se llevan las manos a la cabeza sobre las rupturas en la vida familiar, la Iglesia de Unificación esta haciendo algo acerca de esto. La familia centrada en Dios no es meramente un bonito lema o un ideal espiritual sugerido por los líderes de la iglesia. Es la esencia fundamental de la comunidad entre los fieles de la iglesia. Es también un profundo sistema motivador para restaurar la fidelidad matrimonial y la estabilidad familiar de la sociedad moderna.
Uno no necesita ser un experto en teología moral para reconocer la notable desviación que ha estado ocurriendo en los valores matrimoniales y familiares de la sociedad americana. Muchos secularistas ven este cambio como una expresión de la libertad personal, una oportunidad para la autorrealización. La gente espiritualmente sensitiva lo ve como un declive en la moralidad personal como también una falta de respeto para los valores y necesidades de la estructuración significante del sistema familiar que ha sido siempre integral a la civilización occidental.
Algunas familias están en problemas a causa de factores sociales que reclaman una atención colectiva: inflación, pobreza y discriminación en vivienda y empleo. Estas causas sociales puede estar combinadas con causas personales para influir los desviados valores en el matrimonio y la familia, la evidencia esta sacada de las confiables estadísticas sobre el comportamiento y actitudes humanas: sexo prematrimonial, enfermedades venéreas, embarazos de adolescentes, pornografía, infidelidad, divorcio. Estos son los síntomas de las tensiones y tirantezes que afectan la vida del hogar de muchos americanos.
Los valores religiosos de la tradición judeocristiana generalmente han estado apoyando la fidelidad matrimonial y la estabilidad familiar. Líderes de iglesias, pastores y sacerdotes expresan a menudo la preocupación de que estos valores están siendo destruidos. Sin embargo en algunos casos las iglesias han relajado sus valores y doctrinas para acomodarlas a las formas de comportamiento y preferencias de sus adherentes. Se han hecho concesiones morales en asuntos de divorcios, control de natalidad e incluso abortos. La religión organizada en las principales iglesias ha estado relativamente sin éxito en resistir la curva descendente.
Cualquier cosa que uno pueda decir como critica a la iglesia de Unificación como movimiento social y religioso, uno tiene que reconocer su programa sistemático para la restauración del viejo estilo de moralidad, su énfasis en la castidad antes del matrimonio, oraciones en preparación antes del matrimonio una disposición de aceptar orientación en la selección de la pareja, amor matrimonial como reflejo del amor de Dios, la transmisión de la perfección espiritual a los hijos. Ha habido muchos comentarios y criticas de los aspectos teológicos, políticos y económicos de la iglesia de Unificación, pero muy poco ha sido dicho acerca de las implicaciones de valor positivo con respecto al matrimonio y familia.
Cuando los católicos hablan acerca de tener vocación casi siempre significa la clase de vida que requiere un celibato permanente, ya sea como sacerdocio religioso, o como una vida que requiere un celibato permanente, ya sea como sacerdocio religioso, o como entre monjes o monjas. Este era el más perfecto camino espiritual para la salvación personal y también en el ministerio hacia las otras personas. Por supuesto, había siempre lugar, para la vocación al matrimonio, pero era en el mejor de los casos un secundario y arriesgado sendero hacia Dios. Los seguidores de Moon han dado la vuelta a esto. Si tú realmente quieres hacer la voluntad de Dios; si tú quieres la más alta vocación; si quieres la vida de perfección espiritual, cásate y ten hijos.
Es una observación muy común de que la familia es la base moral de la sociedad, y que la religión constituye el vínculo moral de la solidaridad familiar. La familia que reza junta permanece junta. El nivel moral de una comunidad refleja el nivel mora de sus familias. La ideología de la Unificación enfatiza la lealtad de la familia en el mantenimiento de una cultura religiosa y en la transmisión de una tradición espiritual. Podemos muy bien concluir aquí con la observación de Harvey Cox: “He aquí un movimiento que se las arregla para combinar universalismo religioso de inminencia pentecostal, un caluroso mantenedor de la familia y un programa asegurando la construcción del reino de Dios en la tierra. Esta clase de potente mezcla no puede ser desechada a la ligera.”
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JOSEPH H. FICHTER, Rev. Padre Jesuita, sociólogo en la LOYOLA UNIVERSITY, New Orleans.
Este ensayo fue publicado en AMERICA, 27 de octubre, 1979, pp 226=228. Traducido con el permiso del autor.